Si Edgar Allan Poe todavía estuviera vivo,seguramente éste sería su cuento breve en menor tiempo facturado.Claro que, luego de beberse la segunda copa del vino espirituoso que haya tenido en ese momento sobre sus manos.Sabemos que hizo cuentos con un gato, con un cuervo, con un mono..etc...entonces porqué no con un caloncillo!
aquí el cuento
El calzoncillo maldito
Hace dias me han estado ocurriendo sucesos extraños: un fantasma errante ha rondado mi casa, y no ha dejado de atormentarme a mí y a mi...calzoncillo rojo ¡¿?!...ya sé...no me lo vas a creer.Pero es verdad, y si creiste en los fantasmas, también vas a creer en un calzón con vida propia. Por eso, y antes que nada, aclaro que no voy a hablar sobre el fantasma, que, aunque fué fundamental para que ocurra lo segundo, aquí lo más descabellado es que mi calzoncillo adquirió vida propia.Antes que nada os presento a mi calzoncillo rojo:
.
Está algo curtido por los años (7) desde aquella vez que crucé el Paraná para complarlo un dia de mucho calor, en Paraguay. De manera que ha estado conmigo desde entonces, en las buenas y en las malas. Vaya que si!
Bueno la historia viene más o menos así: Cierto día llegué del trabajo, y al echar llave a la puerta de mi departamento escuché desde adentro, que alguien ejecutaba mi guitarra...el tema era:" El oso" de Morris, pensé inmediatamente que era mi hermano que había conseguido entrar, así que me tranquilicé y entré a mi habitación, y ...¡o sorpresa demoniaca!: era mi calzoncillo que estaba tocando la guitarra, que cuando me vió llegar se hizo el boludo y se dejó caer como trapo de piso, sobre mi guitarra.
Por supuesto capté el momento para documentarlo, aquí lo tienen:
Luego de unos dias cuando el fantasma del que os hablé al principio, empezó a hacer ronda por mi hogar, y a llenarme de espanto, encontré a mi calzoncillo rojo, con una cara de horror,expresada a través de agujeros, (O_O)
he aquí las fotos:
Estaba claro que esto era algo serio y debía ser tomado como tal. El calzoncillo tenía terror de aquella entidad desconocida y trataba de comunicarlo a través de señales, que fui identificando e interpretado con el tiempo.
Cierto día, un hálito helado recorrió el pasillo desde la cocina hasta la sala principal : inmediatamente un escalofrío me traspasó los huesos y se me erizaron los cabellos desde las lomas del ya sabés qué, hasta el último pelo de la frente.Fuí a un psicólogo para tratarme aquel desvarío de la razón. Cuando regresé a casa, casi caigo enfermo de locura al notar que mi calzoncillo estaba leyendo un libro de Sigmund Freud:
]
Seguramente para alinearse psiquicamente. Ambos -mi calzoncillo rojo y yo- estábamos perdiendo la cordura. Pero nuestra relación se vió aún más afectada, luego de que aconteció lo siguiente: Una taciturna noche, luego de vaciar la taza de té de hierbas de Valeriana , cuando me disponía a marcharme a la cama para intentar dormir un poco, ayudado por aquél brebaje neopático, ocurrió que cuando caminaba a mi habitación, vislumbré una sombra que se deslizaba sobre el techo, bajando por las paredes hasta alojarse debajo de la cama. El espanto que me provocó aquella visión fué tan inmediato y contundente, que del miedo no pude evitar -manchar-la reputación de mi calzoncillo rojo que en ese momento lo tenía puesto.(no sé si se entiende).Considero que eso fué el punto máximo de su desintegración individual, y dos dias después ,
lo encontré atravesado con una lanza del quijote que tengo de adorno en la biblioteca, la señal era clara: tentativa de suicidio.
Desde entonces yo busqué su compañía para soportar el asedio del fantasma maldito, y mi calzoncillo rojo ha tratado de no suicidarse nuevamente. La cosa se está poniendo fea, y yo temo por el calzoncillo más que por mí...porque pienso que en su debilidad de carácter sea poseso de aquélla alma en pena, y en una noche sin luna, se abalance sobre mí, quitándome el hálito perene, despojando mi atormentada alma, de este cuerpo mortal que día a día tiembla entre las sombras esperando aquél momento.
Fin
la vida es un juego
no te tomes nada en serio!
Be happy!
aquí el cuento
El calzoncillo maldito
Hace dias me han estado ocurriendo sucesos extraños: un fantasma errante ha rondado mi casa, y no ha dejado de atormentarme a mí y a mi...calzoncillo rojo ¡¿?!...ya sé...no me lo vas a creer.Pero es verdad, y si creiste en los fantasmas, también vas a creer en un calzón con vida propia. Por eso, y antes que nada, aclaro que no voy a hablar sobre el fantasma, que, aunque fué fundamental para que ocurra lo segundo, aquí lo más descabellado es que mi calzoncillo adquirió vida propia.Antes que nada os presento a mi calzoncillo rojo:
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Está algo curtido por los años (7) desde aquella vez que crucé el Paraná para complarlo un dia de mucho calor, en Paraguay. De manera que ha estado conmigo desde entonces, en las buenas y en las malas. Vaya que si!
Bueno la historia viene más o menos así: Cierto día llegué del trabajo, y al echar llave a la puerta de mi departamento escuché desde adentro, que alguien ejecutaba mi guitarra...el tema era:" El oso" de Morris, pensé inmediatamente que era mi hermano que había conseguido entrar, así que me tranquilicé y entré a mi habitación, y ...¡o sorpresa demoniaca!: era mi calzoncillo que estaba tocando la guitarra, que cuando me vió llegar se hizo el boludo y se dejó caer como trapo de piso, sobre mi guitarra.
Por supuesto capté el momento para documentarlo, aquí lo tienen:
Luego de unos dias cuando el fantasma del que os hablé al principio, empezó a hacer ronda por mi hogar, y a llenarme de espanto, encontré a mi calzoncillo rojo, con una cara de horror,expresada a través de agujeros, (O_O)
he aquí las fotos:
Estaba claro que esto era algo serio y debía ser tomado como tal. El calzoncillo tenía terror de aquella entidad desconocida y trataba de comunicarlo a través de señales, que fui identificando e interpretado con el tiempo.
Cierto día, un hálito helado recorrió el pasillo desde la cocina hasta la sala principal : inmediatamente un escalofrío me traspasó los huesos y se me erizaron los cabellos desde las lomas del ya sabés qué, hasta el último pelo de la frente.Fuí a un psicólogo para tratarme aquel desvarío de la razón. Cuando regresé a casa, casi caigo enfermo de locura al notar que mi calzoncillo estaba leyendo un libro de Sigmund Freud:
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Seguramente para alinearse psiquicamente. Ambos -mi calzoncillo rojo y yo- estábamos perdiendo la cordura. Pero nuestra relación se vió aún más afectada, luego de que aconteció lo siguiente: Una taciturna noche, luego de vaciar la taza de té de hierbas de Valeriana , cuando me disponía a marcharme a la cama para intentar dormir un poco, ayudado por aquél brebaje neopático, ocurrió que cuando caminaba a mi habitación, vislumbré una sombra que se deslizaba sobre el techo, bajando por las paredes hasta alojarse debajo de la cama. El espanto que me provocó aquella visión fué tan inmediato y contundente, que del miedo no pude evitar -manchar-la reputación de mi calzoncillo rojo que en ese momento lo tenía puesto.(no sé si se entiende).Considero que eso fué el punto máximo de su desintegración individual, y dos dias después ,
lo encontré atravesado con una lanza del quijote que tengo de adorno en la biblioteca, la señal era clara: tentativa de suicidio.
Desde entonces yo busqué su compañía para soportar el asedio del fantasma maldito, y mi calzoncillo rojo ha tratado de no suicidarse nuevamente. La cosa se está poniendo fea, y yo temo por el calzoncillo más que por mí...porque pienso que en su debilidad de carácter sea poseso de aquélla alma en pena, y en una noche sin luna, se abalance sobre mí, quitándome el hálito perene, despojando mi atormentada alma, de este cuerpo mortal que día a día tiembla entre las sombras esperando aquél momento.
Fin
la vida es un juego
no te tomes nada en serio!
Be happy!
Bonus: Juguetes para niños esclavos:
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